Mitos de algunos alimentos




Estar flacos y divinos es una obsesión que se ha instalado en la cultura occidental. Y con ella mitos y verdades se mezclan para distraer a quienes desean alcanzar lo imposible: la perfección. La alimentación es un tema muy importante, por ello es aún más relevante estar atentos a hacer oídos sordos a esos mitos que pasan fronteras y se quedan augurando, a veces, un mal peor, seguir engordando. En esta nota vamos a desmitificar algunos de esos mitos cimentados en la ignorancia colectiva.




Como todo mito...A continuación conoceremos sólo algunas de las ideas para adelgazar instaladas en la sociedad, que son tan erróneas como populares:





- "El agua engorda": el agua no tiene calorías, por lo que no engorda ni antes ni después de la comida. Tampoco es verdad que el agua mineral aporta alguna cualidad especial para regular el peso, simplemente ofrece un sabor peculiar por los minerales que contiene.





- "El pan engorda": con frecuencia se le atribuye al pan un excesivo aporte calórico, que en realidad se debe al acompañamiento (salsas, mantequilla, patés, quesos, embutidos). Cada 100 gramos de pan blanco contiene unas 250 kilocalorías La idea de que el pan tostado engorda menos que la miga también es errónea. La miga contiene más agua y por eso presenta un aspecto esponjoso. En igualdad de peso, la corteza tiene más calorías que la miga: 100 g de pan tostado contienen 350 kcal. En cambio el pan tostado produce una sensación mayor de saciedad. Una posibilidad para reducir calorías consiste en sustituir el pan blanco por integral; ya que éste además aporta una cantidad extra de fibra, minerales y vitaminas del grupo B.





- "El azúcar engorda": la mala fama del azúcar proviene de su relación con las caries, la obesidad y la diabetes. Sin embargo, es un alimento energético (400 kcal por cada 100 g) que se encuentra en muchos alimentos, desde la fruta hasta la miel. Asimismo, se relaciona el azúcar con los bollos, pasteles y chocolates; cuando el principal aporte calórico de estos alimentos se encuentra en las grasas con que se elaboran y no tanto en el azúcar. Una forma para reducir las calorías se encuentra en el empleo de edulcorantes artificiales, como sacarina, aspartamo o ciclamato.





- "Las patatas engordan": la patata no es un alimento hipercalórico, sólo aporta 85 kcal por cada 100 g. Esto significa que tomadas cocidas o hervidas tienen menos calorías que un filete de ternera, un yogur entero o un vaso de leche. Lo que sí engorda es cuando se comen fritas, la mantequilla en el puré o las salsas que las acompañan.





- "El aceite crudo tiene menos calorías que frito": el aceite aporta las mismas calorías frito que crudo. El aceite de oliva, muchas veces considerado para las dietas bajas en calorías, tiene las mismas calorías que el de maíz, girasol, sésamo o cacahuete.





- "Todos los productos light son bajos en calorías": el término light agrupa tanto a alimentos hipocalóricos como a otros sólo ligeramente rebajados. Los más puros son los refrescos light que no contienen calorías. En cambio, en otro tipo de alimentos light como la mayonesa, margarina, paté, chocolate o embutido la reducción calórica es menor y se ha conseguido aumentando la proporción de agua o la cantidad de carne magra. Sin embargo, estos productos siguen teniendo calorías.





- "Sudar favorece la pérdida de peso": al sudar se elimina agua, pero no grasa, que es lo que hace perder kilos. La pérdida de agua, además, se recupera rápidamente en cuanto se bebe líquido.





- "Las cápsulas de hierbas ayudan a controlar el peso": las cápsulas elaboradas con hierbas que existen en el mercado contienen básicamente laxantes y diuréticos. A pesar de que pueden hacer perder kilos, son los que provienen del agua y no de la grasa, por lo que resulta difícil mantener la cantidad adelgazada. Hay que tener cuidado con las píldoras "milagro", aquellos preparados que se venden sin control sanitario y que suelen contener derivados anfetamínicos, ansiolíticos o extractos de glándulas endocrinas.





- "La comida orgánica es más nutritiva": este tipo de comida se obtiene de cultivos o animales que se han desarrollado en sistemas agrícolas que excluyen el uso de fertilizantes, reguladores del crecimiento y aditivos para forrajes. Según los estudios realizados hasta la fecha los alimentos orgánicos son tan nutritivos como los alimentos producidos de la manera convencional, porque las propiedades nutritivas y el sabor dependen, en gran medida, de la variedad y de las condiciones de crecimiento (como el suelo, el clima, etc.).





- "La dieta vegetariana es más saludable que una dieta omnívora": las dietas vegetarianas varían mucho e implican desde no comer carne hasta excluir todos los alimentos de origen animal. Algunos estudios revelan que los vegetarianos padecen menos enfermedades cardiacas, algunos tipos de cáncer, hipertensión y diabetes de tipo II y que tienden a vivir más que quienes comen carne. Sin embargo, es probable que los efectos beneficiosos también se deban, en parte, a que los vegetarianos suelen llevar un estilo de vida más sano en general: ya que, por lo general, no fuman y hacen más ejercicio; por lo que no todo se limita a la exclusión de la carne de su dieta. Una dieta vegetariana no siempre es más saludable que una dieta omnívora; ya que, una dieta vegetariana puede llegar a ser perjudicial si no se sustituyen la carne y los productos animales, ricos en vitaminas esenciales (como la vitamina B12) y minerales (como el hierro y el zinc), por alimentos o combinaciones de alimentos apropiados desde el punto de vista nutritivo.





- "El ejercicio no ayuda a controlar el peso": las pruebas demuestran que esto no es cierto y que el ejercicio ayuda en la pérdida y el control del peso. Entonces, si no se obtienen los resultados deseados cuando se aumenta la actividad física se debe probablemente a una elección inapropiada de alimentos. Es importante destacar que a la hora de controlar el peso es necesario poner en relación la dieta y el ejercicio.