
Es difícil. De pronto nos morimos por comer esa torta de chocolate, pero tenemos cero ganas de ir al gimnasio. Sabemos que acabó la temporada veraniega, que podemos taparnos un poco más y que no tendremos que lucir nuestro cuerpo frente al mar, así que viéndolo bien ya no nos importa tanto que la balanza sume un par de líneas.
Debes...
1.- No hacer dietas drásticas. Eliminar el peso poco a poco. Conseguir una pérdida de peso entre 500 gramos y un kilo por semana es lo correcto.
2.- Alejarse de las dietas que prometen rápidas pérdidas de peso, ya que la mayoría de estas dietas lo hacen a costa del agua corporal y la masa muscular, y no de la grasa.
3.- Eliminar el azúcar y el alcohol de la dieta.
4.- Complementar la dieta con ejercicio físico adaptado al estado de cada persona
5.- Acudir a los alimentos llamados saciantes, entre horas. Te ayudarán a pasar, mucho mejor, los primeros días de dieta: la fibra, el agua o algunas frutas como la manzana.
6.- Aumentar el desayuno y disminuir la cena
7.- Comer en platos de postre y masticar muy despacio. No tragar los sólidos hasta que se hayan convertido en líquidos.
8.- Realizar cinco comidas diarias y beber más de litro y medio de agua al día.
9.- No intentar perder peso con tratamientos farmacológicos sin registro oficial.
10.- Recuperar los hábitos alimenticios con la ayuda de un especialista de nutrición que vigilará nuestra dieta, lo antes posible.